lunes, 23 de mayo de 2016

Miles de uruguayos marcharon en silencio, como desde hace 21 años, por conocer el destino de 200 desaparecidos por verdad y justicia

En esta oportunidad la consigna fue: “Ellos en Nosotros – Contra la Impunidad de Ayer y de Hoy – Verdad y Justicia”.

La “Marcha del Silencio” vence generaciones, el olvido, y las amenazas. Desde 1996 se realiza con el único propósito de conocer el destino de los 196 uruguayos detenidos desaparecidos en dictadura, por verdad y justicia. Este año coincidió, además, con los 40 años de la muerte de los legisladores Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz y los militantes de izquierda Rosario Barredo y Williams Whitelaw, la desaparición de Manuel Liberoff, de los 22 militantes de izquierda traídos de Argentina en el Segundo Vuelo de la Muerte, y el secuestro y desaparición de la maestra Elena Quinteros

Como cada 20 de mayo, la procesión fue extensa, silenciosa, pero combativa. Reclamó conocer el paradero de los desparecidos, saber la verdad y aplicar la justicia sobre quienes cometieron delitos de lesa humanidad.

La tradicional “Marcha del Silencio” coincidió este año con los 40 años de la muerte de los ex legisladores Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz y los militantes de izquierda Rosario Barredo y Williams Whitelaw, asesinados por el terrorismo de Estado uruguayo – argentino en el año 1976, en el marco de la Operación Cóndor de coordinación represiva de las dictaduras del Cono Sur.

Se enmarcó también en los 40 años de la desaparición de Manuel Liberoff, los 40 años de la desaparición de 22 militantes de izquierda que fueron traídos de Argentina en el conocido como Segundo Vuelo de la Muerte, y los 40 años del secuestro y desaparición de la maestra Elena Quinteros de la embajada de Venezuela.

Asimismo, se cumplen 45 años de la desaparición de Abel Adán Ayala Álvez, estudiante de Medicina y funcionario en Sanidad Policial, quien fuera la primera víctima del Escuadrón de la Muerte, aún en democracia.
En esta oportunidad la consigna fue: “Ellos en Nosotros – Contra la Impunidad de Ayer y de Hoy – Verdad y Justicia”.

También se realizaron marchas y concentraciones en Paris, Buenos Aires y Santiago de Chile, y en el interior en: Pirápolis, Maldonado, Rivera, Florida, San José, Paysandú, Mercedes, Tacuarembó, Melo, Rocha, Salto, Juan Lacaze, Carmelo, Treinta y Tres, Minas, Flores, Fray Bentos y Artigas, aseguraron los organizadores.
“La lucha será siempre contra la impunidad de los crímenes del terrorismo de Estado y su ocultamiento hasta el presente”, asegura la organización Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos.

Integrantes de dicha organización cuestionaron que “la investigación sobre el robo de los discos duros y la amenaza a los antropólogos del Grupo de Antropología Forense aún no muestra avances”.
“A la impunidad de los delitos de lesa humanidad cometidos en el pasado, amparada por los sucesivos gobiernos desde la salida de la dictadura, puede llegar a sumarse la impunidad sobre estos ataques en el presente, que hieren profundamente el estado de derecho”, aseguran.

Indican que “el silencio cómplice de las Fuerzas Armadas y su falta de reconocimiento sincero de lo horroroso de sus crímenes habla de cómo continúan formando a las nuevas generaciones de militares y los descalifica totalmente como presuntos educadores en valores de nuestra juventud”, indica la organización”.

miércoles, 18 de mayo de 2016

El rey Juan Carlos sentía “emoción” por la dictadura argentina

Distintos documentos revelan que el monarca mantuvo una estrecha relación con el régimen que encabezaba el siniestro Jorge Rafael Videla. En una conversación con un enviado del dictador, aseguró que España sería su “más claro y leal amigo”.

DANILO ALBIN  - @danialri

BILBAO.- De nada valieron las continuas denuncias, tanto en formato de cartas privadas como de comunicados públicos. Tampoco sirvieron los gritos de sufrimiento, lanzados desde los centros de exterminio más terribles que conoció la historia de América Latina. Distintos documentos obtenidos por Público revelan que el rey Juan Carlos mantuvo una estrecha relación con la dictadura argentina (1976-1983), que asesinó a aproximadamente 700 ciudadanos españoles –entre autóctonos y descendientes-. En la mayoría de los casos, sus cadáveres jamás aparecieron. A pesar de todo esto, el monarca trató al régimen como si se tratase de un gobierno legítimo, al punto de denominarlo como un “leal amigo”. 

Este periódico ha tenido acceso al acta original de la reunión mantenida entre el rey Juan Carlos y el entonces embajador de Videla en España, Leandro Enrique Anaya, el 1 de julio de 1976. El encuentro –en el que también estuvo presente el entonces ministro de Exteriores español, José María de Areilza- tuvo lugar en La Zarzuela, a raíz de la designación de Anaya como máximo representante del régimen militar en este país. En un documento enviado a sus jefes en Buenos Aires, el diplomático describe con pelos y señales la charla que había mantenido con el jefe de estado. Todo un regalo para la dictadura, que andaba necesitada de amigos en el ámbito internacional.

Informe Reunión Rey y Embajador 1
“Durante mi intervención expresé mi profunda satisfacción por tener la oportunidad de representar al Gobierno Argentino ante un país tan caro a nuestros afectos y que era portador, entre otras cosas, de un mensaje de reconocimiento hacia Su Majestad por haber sido España uno de los primeros Estados que reconocieran al Gobierno Argentino el 24 de marzo de 1976”, expresó Anaya. En efecto, la monarquía española había sido la primera institución del mundo en otorgar su reconocimiento oficial al régimen, un detalle que Videla jamás olvidaría. 

Por su parte, Juan Carlos de Borbón se deshizo en elogios hacia la figura del dictador. Según consta en este documento, ambos habían mantenido una amable conversación telefónica algunas semanas antes, en el marco del histórico viaje que el monarca había realizado a Estados Unidos. “Su Majestad me señaló que él también había experimentado una profunda emoción cuando pudo escuchar una voz argentina que en la persona de su Presidente, tuviera un gesto tan comunicativo y de afecto hacia España y hacia su Gobierno”, relató el diplomático.

En ese contexto, Anaya le transmitió la invitación de Videla “para que visitara la Argentina en oportunidad de un nuevo viaje a América, porque tal era el deseo del Gobierno de las Fuerzas Armadas y del pueblo de mi país”. “Su Majestad el Rey me señaló que ese había sido su deseo desde muy joven, pero que por distintas razones nunca lo había podido concretar, y que ahora estaba decidido a hacerlo. Si bien expresó su complacencia por la invitación y el honor que para él y para España representaba tal circunstancia, no precisó la fecha ni la oportunidad en que concretaría tal episodio”, destacó. El viaje de Sofía y Juan Carlos a Buenos Aires se haría realidad casi dos años y medio después, en noviembre de 1978.

Informe Reunión Rey y Embajador 2
También hablaron sobre la visita que ese mismo mes de julio iba a realizar a España el ministro de Economía de la dictadura, José Alfredo Martínez de Hoz. Tal como ya reveló Público en un reportaje publicado en octubre de 2014, el rey tuvo “expresiones de beneplácito” por el “éxito” con el que la dictadura de Videla afrontaba “los problemas económicos coyunturales”. “Como nota personal, es de destacar que expresó con justeza el nombre y apellido de Su Excelencia el Ministro de Economía de nuestro país y se refirió con términos de ponderación respecto de la gestión que éste acababa de realizar en los Estados Unidos”, remarcó. 

Además, el rey prometió la “mejor acogida y disposición de banqueros, inversores e industriales, para concurrir al encauzamiento y solución de los problemas que pudieran plantearse y/o proponerse”. “En tal sentido, dijo que España estaba en el mejor estado anímico para concretar operaciones comerciales y financieras con la República Argentina”, agregó.
“Su mejor amigo”
El resto de la conversación giró en torno a la vida del embajador Anaya, quien ya había prestado servicios en España en representación de la dictadura de Alejandro Agustín Lanusse. “(El rey) tuvo recuerdos particulares para mi familia y expresó su deseo de una muy pronta visita del suscripto acompañado de su esposa a su palacio, donde tendría oportunidad de conversar con Su Majestad la Reina”.

Carta Videla al rey Juan Carlos
Los halagos continuaron hacia la figura de Videla y sus compañeros: “Expresó Su Majestad su reconocimiento y agradecimiento hacia el Presidente de la Nación y Junta de Comandantes Generales, por la presencia de todos ellos en la Embajada de España en Argentina, con motivo de recordarse allí la fecha de su onomástico”. El monarca se refería a un acto que se había celebrado una semana antes en la representación diplomática española en Buenos Aires, donde Videla y otros militares habían acudido a una celebración por el día de San Juan. Tras agradecer ese homenaje, el rey envió al dictador Videla “el más caro de sus afectos y el deseo del gobierno, Fuerzas Armadas y pueblo de España para que nuestro país alcance cuanto antes el lugar que Argentina debe tener en el concierto de las naciones, particularmente en América”. 

A modo de conclusión, el embajador incluyó en su informe una semblanza de Juan Carlos. “Jefe de Estado joven en cuanto a su aspecto, afectuoso y conocedor (a grandes rasgos) de cuanto hace al quehacer argentino, ya sea en la persona de su presidente, de los Comandantes Generales de las Fuerzas Armadas o de nuestro Ministro de Economía. Demostró conocer diversos aspectos sobre la persona del Embajador y su familia, así como las actividades que aquél había desarrollado durante su permanencia en España en su condición de Agregado Militar. Se preocupó por recordar las cordiales relaciones que siempre han existido entre ambos países y por la necesidad de que, a través del mantenimiento de las mismas, tanto España cuanto Argentina tengan en el marco de cada uno de sus continentes su mejor, más claro y leal amigo. Para España es Argentina y desea que para Argentina sea España”, describió.

Aquel encuentro solo fue el inicio de las cordiales relaciones entre la monarquía española y la dictadura argentina. Durante los siguientes meses, Videla hizo llegar varias cartas al rey a través de la embajada en Madrid, que se convirtió en el principal centro de operaciones del régimen militar en Europa. El contenido de esas misivas –firmadas de puño y letra por el dictador- jamás fue revelado. De hecho, ni siquiera figuran en el archivo del ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina, donde se alojan la mayoría de los documentos relacionados con la actividad diplomática de la dictadura.

Carta Videla al rey Juan Carlos
Entre carta y carta, las relaciones entre el monarca y la dictadura siguieron cultivándose. Mientras arreciaban las denuncias sobre las gravísimas violaciones a los derechos humanos que se registraban en ese país, Juan Carlos I no dudó en recibir a distintas delegaciones de militares argentinos que llegaban a Madrid. Coincidiendo con las campañas que realizaban los colectivos de exiliados argentinos en España para dar a conocer las atrocidades que sufrían sus compatriotas, el rey abrió las puertas de su despacho a personajes tan siniestros como Emilio Eduardo Massera, máximo responsable de la Armada e integrante de la Junta Militar que aterrorizaba a la población. 

Juan Carlos I atendió a los jefes, pero también a los aprendices. Así ocurrió el 11 de octubre de 1977, cuando recibió en La Zarzuela a una comisión del Colegio Militar Argentino encabezada por el general de brigada Adán José Alonso, uno de los represores que varios años después acabaría recorriendo los juzgados por su vinculación con el terrorismo de estado. En aquel otoñal día de octubre, Adán era un reputado militar que cumplía el sueño de muchos de sus compañeros: atravesar los muros del Palacio Real, respirar el aire de sus salones y estrechar, por fin, la mano de Juan Carlos. 

Las atenciones dispensadas por el rey y otras autoridades a las delegaciones militares argentinas fueron consideradas por la dictadura como una reafirmación de las relaciones con la Corona y el gobierno, a lo que se sumaba otro hecho relevante: en octubre de 1977, el canciller argentino, Oscar Montes, se había reunido con el ministro de Exteriores español, Marcelino Oreja –tío del dirigente del PP Jaime Mayor Oreja-. El encuentro tuvo lugar durante la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, una ocasión que Montes aprovechó para plantearle a Oreja el mismo reclamo de siempre: el general Videla quería que Juan Carlos I. Según se revela en la memoria anual de la embajada argentina en Madrid correspondiente a 1977, esa improvisada reunión entre los dos ministros resultó clave para concretar el viaje del monarca a Buenos Aires, que aún tardaría un año en producirse.

Un caballo para Sofía
La ansiada visita de los reyes a Argentina se produjo el 26 de noviembre de 1978. Hasta entonces, la dictadura sólo había recibido las visitas de dos tiranos: el chileno Augusto Pinochet y el boliviano Hugo Bánzer. Por tanto, el régimen quería sacar todo el provecho posible a este evento, y no escatimaría esfuerzos… ni obsequios. En los días previos, Videla había enviado un particular regalo a la reina Sofía: un caballo de raza, bautizado como Petiso, que llegó en barco hasta el puerto de Cádiz y desde allí fue trasladado a La Zarzuela. El animal compartiría espacio con el pony que algunos meses antes había sido obsequiado al Príncipe Felipe por parte de un ciudadano argentino de apellido Gramajo –así figura en otro documento- , quien fue recibido en el Palacio Real junto a representantes de la embajada argentina. 

Mientras Petiso llegaba a Cádiz, representantes de Madrid y Buenos Aires negociaban el contenido de la declaración conjunta que emitirían Videla y Juan Carlos de Borbón al término de la visita oficial. Según ha podido comprobar Público, España cedió ante cada una de las sugerencias que realizaron los funcionarios argentinos para conseguir que el texto sirviese como espaldarazo al régimen. Curiosamente, ambas partes habían acordado que “la entrega del proyecto de declaración” se realizaría “en mano y sin nota oficial de remisión”.

Entre otros aspectos, la cancillería española –que tuvo a su cargo las negociaciones para definir el contenido del documento- aceptó que la declaración resaltase que el Rey Juan Carlos y el dictador Videla habían encontrado “un amplio acuerdo” en distintas cuestiones y que ratificaban “la necesidad de mantener un ágil intercambio de informaciones en todos los niveles de decisión”. Además, a petición de la parte argentina se incluyó una mención a un posible viaje del presidente Adolfo Suárez a Buenos Aires, algo que finalmente no se concretó. 

Uno de los párrafos más polémicos –en el que también hubo una cesión española- hacía alusión a los habituales argumentos esgrimidos por la Junta Militar para llevar adelante sus planes genocidas. “Al respecto, expresaron su preocupación por la propagación del terrorismo en el mundo en sus diversas manifestaciones y declararon que sus gobiernos aunarán esfuerzos encaminados a la lucha contra ese flagelo, que vulnera la distensión y el equilibrio internacionales”, señalaba el texto que había sido añadido por los enviados de Videla. 

Las muestras de afecto hacia la dictadura también estuvieron presentes en el discurso realizado por Juan Carlos de Borbón nada más aterrizar en Buenos Aires. “Como rey de España vengo a agradecer el recibimiento que siempre ha dispensado la Argentina a todo español. Habéis sabido hacer de nuestra hermandad un hábito de convivencia nacional, ganando para siempre nuestro agradecimiento y nuestra admiración”, exclamó. A lo largo de su intervención, se refirió a Videla como “señor presidente”, un cargo al que habitualmente se llega mediante las urnas. Aquel militar, por el contrario, lo había hecho mediante un sangriento golpe de estado.

http://www.publico.es/politica/rey-juan-carlos-sentia-emocion.html

domingo, 8 de mayo de 2016

La dictadura argentina blanqueó dinero en España

Documentos guardados en la Audiencia Nacional describen la conexión española con la red que manejaba los fondos robados a sus víctimas. El régimen de Videla montó varias empresas en este país y registró cuentas en distintos bancos de Europa, donde guardó grandes cantidades de dinero. Un agente argentino consiguió entrar en España con un millón de dólares.

Represores de la dictadura argentina utilizaron cuentas 'off shore' para ocultar bienes de desaparecidos

DANILO ALBIN - @danialri
BILBAO.- Conrado Gómez era un prestigioso abogado de Mendoza, una ciudad del oeste argentino. En enero de 1977, un comando de la dictadura de Jorge Rafael Videla entró a su despacho y se lo llevó para siempre. Antes de robarle la vida, los represores se encargaron de quitarle todos y cada uno de sus bienes, entre los que figuraban 15 caballos de carrera. El dinero, al igual que en otros tantos casos, habría sido blanqueado a través de empresas y cuentas bancarias en el exterior. Un negocio tan repugnante como suculento en el que España, según ha podido comprobar Público, también tuvo un rol protagónico. 

El país que había dejado Franco no era estrictamente un paraíso fiscal, pero tampoco hacía falta: tal como reveló este periódico en octubre de 2014, tanto el gobierno de Adolfo Suárez como el de Felipe González mantuvieron todo tipo de contactos con la dictadura argentina, amparados por el Rey Juan Carlos y por una amplia gama de banqueros y empresarios locales. De esta manera, España se convirtió en uno de los lugares preferidos de Videla para montar operativos de seguridad, controlar a los refugiados… y hacer negocios.

Público ha tenido acceso a una gran cantidad de documentos provenientes de la causa que el juez Baltasar Garzón tramitó a finales de los noventa contra el régimen argentino, al que acusaba de haber cometido crímenes contra la humanidad. Entre esos papeles –que hoy continúan guardados en la Audiencia Nacional- figuran distintos testimonios que revelan la trama de lavado de dinero que montó la dictadura, siempre con un mismo objetivo: sacar del país de lo que habían robado a sus víctimas, de manera que los fondos estuviesen bajo llave en un lugar lejano y seguro. Si el régimen caía, el negocio debía sobrevivir. 

En uno de los documentos obtenidos por este periódico figura la declaración de Norberto Bermúdez, un periodista de origen argentino que había investigado las operaciones financieras de la dictadura. El 18 de julio de 1997, Bermúdez presentó un escrito al juez Garzón con distintos datos sobre esta trama. “En orden al contenido de mi exposición, reitero mi solicitud de que la presente sea declarada SECRETA”, reza en el primer párrafo. 

De acuerdo a su investigación, uno de los personajes clave de esta red de blanqueo fue el agente de inteligencia argentino Raúl Antonio Guglielminetti, quien actualmente se encuentra preso en Buenos Aires por su participación en innumerables secuestros y asesinatos. A finales de los años setenta y principios de los ochenta, este represor viajó en varias ocasiones a España. Incluso tuvo una cuenta bancaria en el Banco de Londres de España y “sacó una tarjeta Diners y la extensión para su señora”. Este extremo había sido reconocido por el propio Guglielminetti en abril de 1987, cuando tuvo que declarar ante la jueza argentina María Servini de Cubría –ahora a cargo del juicio que se sigue en Buenos Aires contra los crímenes del franquismo-.
A finales de los años setenta y principios de los ochenta, este represor viajó en varias ocasiones a España

Según consta en la declaración de Bermúdez, la magistrada argentina “también interrogó a Guglielminetti acerca de su ingreso a territorio español portando en su poder la cantidad de un millón de dólares americanos”. El ex agente del Batallón 601 de Inteligencia “manifestó que el maletín fue exhibido a las autoridades aduaneras españolas, quienes vieron el dinero pero no lo contaron”. Aseguró además que ese millón de dólares “fue un favor que le hizo a una persona de su amistad, de quien no quiere dar nombre, aunque manifestó que era brasileño y tenía empresas en su país y en España”. 

Guglielminetti también había informado a la jueza sobre sus viajes a Andorra “por una necesidad de mover dinero de España”. En concreto, el represor “depósito 200 o 300 mil dólares para que la filial de La Caixa de ese principado lo girara a la central de Madrid”. “En otro tramo de su declaración, Guglielminetti afirma haberse trasladado ‘a Puerto Alcudia, cerca de Palma de Mallorca’ y que ‘a España viajó en dos oportunidades o tres’. En este sentido, resultan sintomáticos los viajes de Guglielminetti a Andorra y Mallorca, dos de las presuntas rutas utilizadas por los militares argentinos para hacer circular importantes sumas de dinero expoliadas a las víctimas de la represión ilegal durante la dictadura”, señaló el periodista Norberto Bermúdez en el documento presentado a Garzón.
Entre Baleares y Canarias

La vía de Mallorca en la ruta del lavado de dinero aparece en otros documentos de la Audiencia Nacional. Según relató el mencionado testigo en otra de sus declaraciones, “en agosto de 1983 la Federación de Vigilantes Jurados denunció la existencia de un presunto tráfico de divisas que se venía produciendo en la aduana de Palma de Mallorca”. Según esa denuncia, una conocida empresa de seguridad española “ingresaba al mediodía en la aduana de Palma las sacas con moneda extranjera procedentes de la península y las llevaba a su sede”. “Una hora después del cierre de la aduana”, esa misma compañía “embarcaba dichas sacas en un vuelo que partía del aeropuerto de Palma de Mallorca rumbo a Suiza”. “Dicha denuncia –señala Bermúdez- nunca se investigó”. 

El testigo aportó datos sobre cómo funcionaba esta red: “uno de los mecanismos presuntamente utilizados consistía en que una persona, portadora de una cantidad determinada de dinero en metálico, abordaba en Buenos Aires el vuelo 995 de Iberia con destino a Madrid, y escala en Las Palmas de Gran Canaria. En esta última ciudad, el pasajero entregaba el dinero a representantes de una empresa de transportes de caudales y seguridad y más tarde proseguía su ruta con destino a Madrid”. 

A continuación, el dinero era transportado por una empresa de seguridad española “vía aérea hacia Barcelona o bien hacia Palma de Mallorca”. “Si los fondos eran remitidos al archipiélago balear, se seguía el procedimiento descripto precedentemente por el que, presuntamente, se sacaba el dinero rumbo a Suiza de forma ilegal. Si en cambio las sacas llegaban desde Canarias a Barcelona, desde esta ciudad eran transportadas por tierra hasta Andorra, desde donde, por transferencia electrónica, el dinero era ingresado en Suiza, siempre en cuentas bancarias predeterminadas”, aclaró.

Las empresas del blanqueo

La elección del territorio español para realizar estas operaciones no fue casual. A lo largo del periodo en el que detentó el poder, el régimen argentino montó una red de empresas a este lado del océano. “Una serie de sociedades mercantiles españolas habrían participado presuntamente en el traslado, manipulación, ocultación y posterior blanqueo de parte de fondos que previamente habían sido incautados por los militares argentinos a algunas de sus víctimas, a quienes mantenían ilegalmente detenidas”, señaló Bermúdez en otra de sus declaraciones. 

Los nombres de algunas de esas compañías figuran en los archivos de la Audiencia Nacional. Por ejemplo, el periodista citó el caso de AFHA S.A., “con domicilio original en Gran Vía 22, 3º derecha, Madrid”, aunque posteriormente se trasladó “a la Avenida del Cardenal Herrera Oria” de esa ciudad. “Esta empresa se constituyó con varias subsidiarias, según su actividad comercial específica: AFHA Agraria, AFHA Inmobiliaria, AFHA Construcciones y AFHA Publicidad (…) Su presidente, al ser constituida, fue D. Amadeo Francisco Juncadella, secundado por su hermano, el comodoro de la Fuerza Aérea Argentina en la reserva Enrique Juncadella y el vicealmirante de la Armada argentina en la reserva Oscar Antonio Montes”, un conocido torturador ya fallecido que en octubre de 2011 fue condenado a prisión perpetua. “En nuestro país, los responsables de AFHA fueron Alberto L. Yaryora y el capitán de fragata de la Armada Argentina en la reserva, Enrique Aldao”, precisó el testigo en su declaración.

Su presidente fue D. Amadeo Francisco Juncadella (...) un conocido torturador ya fallecido que en octubre de 2011 fue condenado a prisión perpetua
La empresa AFHA estuvo a cargo de una operación de gran importancia: “el reciclaje de cinco mil seiscientos cincuenta millones de dólares americanos procedentes del vaciamiento económico de la sociedad estatal argentina Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), que desaparecieron de dicha empresa durante la gestión como interventor de la misma del general Carlos Guillermo Suárez Mason”. “Dichos fondos fueron convertidos en nuestro país en moneda corriente de países como Bolivia, Paraguay y Brasil, y posteriormente colocados en grupos financieros de dichos países. Tanto los depositarios como los beneficiarios de tales inversiones son, todavía, desconocidos”, apuntó Bermúdez.

El asunto no termina ahí. Según consta en otro tramo de su declaración, “existen evidencias de que esta sociedad también habría intervenido en negociaciones para la compra de armamento a la empresa española Explosivos Río Tinto, entre las que figuró una operación de compra de torpedos para la Armada argentina, iniciada por el almirante (Armando) Lambruschini y continuada por AFHA”.

Investigación de la Policía

Con estas denuncias de fondo, la Policía Nacional elaboró un amplio informe sobre “la creación de numerosas empresas para ocultar importantes sumas de dinero provenientes de la apropiación ilegal de bienes o dinero”. En un documento fechado el 14 de febrero de 1997, los agentes a cargo de la investigación aportaron datos mercantiles de AFHA y de otras ocho empresas que fueron relacionadas con militares y civiles cómplices que se habían instalado en España. También aparecen los datos del empresario argentino José Lata Liste, propietario de la conocida discoteca Mau –que llegó a tener locales en Madrid y Marbella-, y de otros argentinos –entre los que figura Héctor Sayago, un periodista que trabajó en RTVE- que colaboraban habitualmente con la dictadura. 

En ese marco, la justicia española obtuvo datos sobre seis cuentas bancarias a nombre de represores argentinos en Suiza. Así lo confirmó a Público el propio Norberto Bermúdez, quien actualmente vive en Argentina. En conversación telefónica con este periódico, el periodista ratificó el contenido de las declaraciones que ofreció en 1997 al juez Garzón. 

A esto se suman las declaraciones de Leandro Sánchez Reisse, otro agente de Inteligencia de Buenos Aires que participó activamente en la trama de lavado de dinero y que fue detenido en 1995 en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), donde residía desde hacía años. Entre 1976 y 1983, Sánchez Reisse “blanqueó para los militares argentinos unos 3700 millones de dólares, producto de secuestros extorsivos, bienes incautados ilegalmente a las víctimas de la represión, etc.”, puede leerse en uno de los documentos que hoy duermen en la Audiencia Nacional. 

Dichos fondos habrían sido colocados en entidades bancarias de Estados Unidos, Italia y Suiza, “presumiblemente en oficinas ubicadas en los cantones de Ginebra, Laussane y Zurich”. En tal sentido, documentos que obran en poder de Público confirman que el Ministerio de Relaciones Exteriores de la dictadura de Videla tenía una cuenta bancaria en el país helvético.

sábado, 7 de mayo de 2016

Detuvieron en Ecuador a un ex militar argentino buscado por Interpol

La identidad del ex militar no trascendió pero se detalló que se trataba de "Horacio E." de 66 años, ex militar requerido por delitos de lesa humanidad

Un ex militar prófugo acusado de delitos de lesa humanidad buscado por Interpol fue detenido en Ecuador, donde residía, según informó la Fiscalía General del Estado de ese país.

Si bien la identidad del ex militar no fue dada a conocer, el organismo detalló que se trataba de "Horacio E., de 66 años, ex militar argentino requerido en su país por delitos de lesa humanidad" que fue capturado durante un operativo ejecutado el jueves en la noche por la Fiscalía del Guayas, en coordinación con la Organización Internacional de Policía Criminal e Interpol.

La captura se produjo en una urbanización situada en la avenida León Febres Cordero, en la vía a Samborondón, donde personal del Grupo de Intervención y Rescate, GIR, realizó el allanamiento al domicilio y detuvo al prófugo sin que opusiera resistencia.

La información agregó que el fiscal a cargo del operativo, César Peña, señaló que el ex militar tenía "difusión roja internacional" de Interpol desde enero de este año, y que fue trasladado al Cuartel Modelo de Guayaquil, donde se le efectuaron exámenes médicos de rutina.

Luego fue trasladado a Quito para realizar los trámites de deportación y su posterior trasladado a Buenos Aires.